Antes que nada, he de aclarar a qué me refiero con dibujar/pintar "bien".
Con "bien" quiero decir que, una vez acabada la obra, nos sintamos cómodos y contentos con la creación. Y es que es muy muy difícil que pase eso en este difícil "arte" de la expresión mediante imágenes.
En un trabajo (empleo), en el que uno utiliza sus conocimientos, obtenidos mediante aprendizaje y una mayor o menor cantidad de experiencia, normalmente existen un montón de factores externos que limitan el resultado.
Estos factores pueden ser: ordenanzas y normativas, exigencias del contratante, el tiempo, limitaciones de los medios empleados (ordenador, tablas de cálculo o lo que sea...). Al final, nuestro trabajo estará acabado en un punto en el que no pueda evolucionar más.
Estos factores pueden ser: ordenanzas y normativas, exigencias del contratante, el tiempo, limitaciones de los medios empleados (ordenador, tablas de cálculo o lo que sea...). Al final, nuestro trabajo estará acabado en un punto en el que no pueda evolucionar más.
En el dibujo o la pintura, en cambio, tendemos a plasmar una imagen (muchas veces abstracta aunque creamos que la tenemos muy definida en la cabeza) y, confiando quizás demasiado en nuestras capacidades y medios, pretendemos alcanzar a reflejar todos los aspectos de la idea y, peor aún, ¡nos creamos capaces de hacerlo!
Pintar o dibujar es el "arte" de plasmar en una imagen, visible por el resto de los espectadores, otra que se ha formado en nuestra cabeza.
Y, claro está, el resultado puede ser frustrante o imperfecto.
Y, claro está, el resultado puede ser frustrante o imperfecto.
Esa imagen en nuestra cabeza puede no ser tal y, normalmente, no lo es. Cuando imaginamos una escena asociada a un estado de ánimo, nuestro pensamiento, a traición, le añade un montón de matices que son muy difíciles de proyectar sobre un papel.
"Grito". Hecho por mi con ArtRage en un ordenador Ahtec tactil de 7". Aunque el resultado es guay, no pude plasmar la emoción (solo el gesto) y decidí jugar con los colorines. |
Para hablar, necesitamos conocer el comportamiento sintáctico del idioma y su semántica. Necesitamos saber hacer frases y tener un vocabulario.
El proceso es simple: nuestro cerebro ordena unas cuantas ideas y conceptos con una velocidad impresionante (la velocidad del pensamiento) y, sin darnos cuenta, de manera instintiva, convertimos esas ideas y esos conceptos en frases y palabras echando mano de nuestros conocimientos.
Al conducir ocurre lo mismo: después de enseñarnos el funcionamiento básico de un vehículo, nosotros los aplicamos a otros con diferentes características y comportamientos de manera instintiva. Cuando llegamos a una curva no nos detenemos a pensar hacia donde debemos girar el volante, sino que lo hacemos.
Pues para dibujar/pintar ocurre de igual manera. Debemos asumir (igual que para hablar o conducir) que necesitamos familiarizarnos con nuestras herramientas, con los medios a nuestro alcance y con el entorno que nos rodea antes de comenzar una obra.
Y no me refiero a escribir como Cervantes ni a conducir un fórmula 1... así que, desde luego, ¡tampoco me refiero a dibujar/pintar bien!.
Es por todo lo antes mencionado que, antes de dibujar/pintar algo (o nada), es conveniente dibujar bodegones (¡ya se que son aburridos!) con esferas y cilindros (manzanas, naranjas, vasijas y vasos) iluminados desde diferentes puntos de vista para que nuestra mano se acostumbre al funcionamiento de la herramienta de dibujo y nuestro cerebro tome nota del resultado.
No te frustres dibujando personas sin estudiar antes anatomía si ni siquiera has perdido el tiempo antes en dibujar manzanas. Asúmelo, dibujar es difícil y no se trata de plasmar una imagen que crees que tienes en la cabeza.
Yo dibujé muchas manzanas. Y vasijas. Y saco fotos de todo, constantemente, para acostumbrar a mis ojos a estar todo el tiempo atentos.
Después de algo de práctica habrás ganado algo muy importante: la capacidad de expresarte sin pensar y de girar un volante en una curva por instinto.
Habrás ganado, por ejemplo, la capacidad de dibujar con un porta minas grueso sin mirar a la punta; sabiendo de ante mano que el siguiente trazo que vas a hacer es fino (lineas de definición?) o grueso (sombras?), sin mirar a la punta antes de apoyarla en el papel. Porque tu cerebro, sin que lo sepas, habrá registrado los movivmientos de tu mano y recordará por donde está gastada la punta o será capaz de preverlo.
Habrás ganado la capacidad de representar lo que quieras con cierta verosimilitud porque no tendrás que preocuparte de tu vocabulario ni del volante.
Asi que, aunque parezca una perogrullada, lo primero y principal antes de emprender el viaje a la pintura (o al dibujo) es conocer los medios que vamos a emplear, los modelos que pretendemos plasmar y definir de manera realista el resultado al que podemos llegar.
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