Me enfrento ahora mismo a una parte de la confección de un cómic que odio.
Tengo en la cabeza exactamente el "plot" que define "qué debe pasar" y "en qué orden". También se cuanto tiempo abarcan esos hechos... y cuantas páginas deben ocupar.
Ahora necesito maquetarlo para que el resultado sea agradable, correcto y unitario.
Es un momento en el que tengo que dejar de dibujar para pensar. Me acerco al final. Lo voy a disfrutar.
Mientras, he dibujado 16 páginas consecutivas (y en orden) de la tercera parte... y otras 5 desordenadas.
El protagonista ha pasado de estar andando por una calleja a despertar tirado y atado en una bodega. ¿qué ha pasado? Toca recordar. Creo que una única viñeta basta.
Una única viñeta simboliza un "flash" momentaneo, un recuerdo fugaz.
Para eso, debo rescatar el entorno tridimensional del callejón empleado en anteriores páginas.
Con ese fondo, y respetando las posturas y puntos de vista de la página anterior, realizo la tinta.
Los grises originales sin retoque de photoshop (o artrage) sólo contienen la interpretación del fondo renderizado ya que el "fondo del personaje" ya lo mostré en viñatas anteriores.
La mezcla de tinta y gris sin "postprocesar" demuestra que la página (a priori) funciona.
He empleado la misma organización de viñetas que la página anterior. De alguna manera, emplear la misma composición en ntodas las páginas con una misma temática me "sosiega".
El proceso de color añade un "suelo" al personaje y "focaliza" el gesto al despertar. Alguien le está llamando.
Podeis comparar el resultado en grises con la maqueta original. Se han definido mejor los focos de iluminación y he realizado separaciones de planos.
Ahora tengo que comparar esta página con las otras realizadas "en el callejón" para comprobar que los colores, la saturación de los mismos y la sensación son unitarios y congruentes...
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